Hablo ahora de dos obras que finalizaron ayer y de las que me siento profundamente feliz de haber visto: UBÚ Y LA COMISIÓN DE LA VERDAD, de Sudáfrica, y EL CABALLERO DE OLMEDO, de España, ambas, versiones de clásicos del teatro:
La primera es una visión contemporánea de la pieza más conocida de Alfred Jarry, magistralmente fusionada con episodios de las audiencias de la Comisión para la verdad y la reconciliación que se llevaron a cabo después del Apartheid en Sudáfrica. Una sátira dolorosamente cercana a nuestro país, en el que también abundan los "Ubús" que niegan sus atrocidades o las excusan por haberlas causado en supuesto favor de la nación. Abundaron las risas de reconocimiento dentro del público.
La segunda es una refrescante versión del clásico en verso de Lope de Vega, llevada a escena por el veterano director catalán Lluís Pasqual, con un equipo en donde se mezclan la trayectoria y el talento de La Kompanyia Lliure y la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. Un montaje contemporáneo con bailes, cantos y músicos en escena, juegos teatrales acertadamente sencillos, una cercanía al público que se agradece y actuaciones divertidas y sinceras, que hacen que la historia de Don Alonso y Doña Inés se quede en el corazón. Conmovedora última función.
¡Al final de los festivales, aún hay para ver!
Liliana.
Maqueta para un Dante fue una desilusión tremenda. El monumento daba para más. Un par de video beams con vídeos que poco se entendían y de baja calidad. Una lástima.
ResponderEliminarP.D. Entré contigo al mismo tiempo, y justo detrás de ti. Mala elección de zapatos para ese día.
Saludo. :)
Jajajajaja. Fuiste testigo entonces de mi casi ataque de vértigo en esa subida; creo que no me quedé paralizada a mitad de camino por tener la responsabilidad de ser la primera del grupo. ¡Qué lástima que no nos saludamos para haber conocido a uno de mis primeros seguidores en el blog! Saludo y gracias por la fidelidad.
EliminarP.D.: El artista nos confesó que ese día había fallado uno de los videos más importantes en uno de los espacios grandes, así que nos faltó una parte.
Ah, eso fue buenísimo, cómo se tambaleaban los aceros y el piso se movía. Es que la verdad me esperaba un poco algo como Castillo del terror (ingenuidad).
EliminarAh, pero... Si hasta te me quedabas viendo. Jajaja.